El Gobierno contempla una rebaja del Impuesto sobre Sociedades a las pequeñas y medianas empresas en los Presupuestos de 2011, según ha sabido elEconomista.
La rebaja es la tercera que se aplica a este segmento de empresas después de que este año se iniciara la aplicación de una segunda reducción, aunque vinculada al mantenimiento o al aumento de plantillas para empresas con un máximo de 25 empleados.
La rebaja para las pymes era una de las plataformas reivindicativas de las patronales, por entender que el tipo general del Impuesto es uno de los más elevados de Europa.
El Gobierno recaudará este año unos 20.000 millones de euros, con una caída del 9,5 por ciento estimada para el conjunto del año. Hasta el mes de julio, la recaudación ha alcanzado 6.247 millones de euros, con un retroceso del 9,8 por ciento en el conjunto de los siete primeros meses del año.
La rebaja del Impuesto a las pymes se cifra para este año en 681 millones de euros, frente a los 1.907 millones que supuso un año antes, en virtud del tipo reducido de gravamen para las empresas de pequeña dimensión al 25 por ciento, aunque no está cifrado el impacto que producirá en la recaudación la rebaja de 5 puntos a las empresas que mantengan o aumenten el empleo, ya que el número de ellas es imprevisible.
La rebaja de los 5 puntos en el tipo de gravamen se aplicó también a los empresarios y profesionales individuales que tienen asalariados en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Sin embargo, la medida no fue bien acogida por los empresarios pequeños y los autónomos, que consideraron que la vinculación de la rebaja de cinco puntos al mantenimiento o ampliación de las plantillas dejaba fuera a muchas empresas, porque en el mundo de los autónomos sólo podría afectar a un millón de miembros de este colectivo que están constituidos como sociedades, pero no sería de aplicación a otros dos millones que no lo están.
Al mismo tiempo se criticaba que la medida beneficiaba a empresas que se podían permitir mantener o ampliar la plantilla, de lo que se infería que la crisis les tocaba menos que a aquellas que no podían hacerlo por ver caer sus expectativas.